En aquellos lejanos tiempos
que ahora parecen de otra galaxia,
cuando éramos adolescentes, idealistas, ingenuas
se hablaba a menudo del amor platónico
-Al menos entre las chicas que yo conocía-.
Y nos creíamos superinteresantes y cultas,
(Imagino que por lo de platónico).
Duró poco. Llegaron los hombres reales,
los que estaban a nuestro alcance, el amor humano.
Y gozamos, sufrimos, reímos, lloramos.
Tuvimos hijos.
Conocimos el desamor, incluso la muerte cercana.
Y la vida fue pasando
Terriblemente ocupada.
Ahora que soy casi vieja
todo es un círculo, todo vuelve en mi interior
con la misma emoción/ilusión que entonces.
De nuevo sonrío, canto, me ensimismo;
me maravillan las hojas de los árboles,
la salida y el ocaso del sol.
Y la luna. Nunca olvidemos a la luna.
Tú has tenido la culpa
-si fuera pertinente hablar de culpas
Y no del azar, de las sincronicidades de Paul Auster-.
Claro que me gustaría que este amor fuera real,
cercano, físico y no platónico.
Lo imagino muchas veces
¿Por qué sé que sería maravilloso?
Pero cuando una se va haciendo vieja
sucede algo consolador: entiendes todo, aceptas todo.
Y no te enfadas ni sufres ya.
La serenidad, la placidez.
Lo feliz que eres con tu amor platónico.
Simplemente pienso en ti casi cada hora.
Y sonrío. Sonrío.