lunes, 6 de mayo de 2024

1. CARLOS Y EL CHOCOLATE

 Carlos se aburría un montón en el colegio. Como era muy menudo, bajito y silencioso, se escabullía con facilidad por los pasillos, tras las esquinas, se metía en los baños hasta que empezaban las clases. Además, en clase no le echaban en falta porque alguien respondía siempre por él. Era un colegio un poco despistado, más bien era un "guardachicos".

Carlos estaba acostumbrado a que nadie le viese o se fijara en él, porque eso era lo que había pasado siempre en casa con sus padres. A sus hermanos casi ni los conocía.

El día que, en la despensa del colegio, descubrió aquella inmensa cantidad de chocolate y más cosas de comer, se maravilló y, probando de todo, no se dio cuenta de que había llegado la hora de cerrar el colegio.

Además ese día se cerraba para mucho tiempo, pues, al día siguiente comenzaban las vacaciones de verano.

El caso es que, como era menudo, escurridizo, silencioso y nada sociable, ni en el pueblo ni sus desaprensivos padres le echaron en falta.

En otoño, dos días antes del comienzo de curso, entraron las cocineras y personal de servicio para organizar las cocinas, limpiar y poner a punto el colegio.

Lo primero que notaron fue un intenso olor muy raro, como a muerto.


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(Curso de escritura creativa de AFDA. Primer relato.)