sábado, 22 de abril de 2023

A VECES


A veces no entiendes la vida.

O casi siempre.

Todo lo que te rodea ha cambiado

sin pedirte permiso,

sin que lo hayas pedido.

¿Y quién iba a escucharte a ti?

Impera la rabia, el rencor, la mentira.

La envidia.

Nos creemos únicos, importantes.

Y de alguna manera, lo somos,

siempre que aceptemos a los demás


tan importantes y únicos como nosotros.

Esto ya no se entiende así.

Y tú te sientes extraña, sola, atemorizada.

Además, la naturaleza agoniza

ante la indiferencia humana.

Sólo el dinero y el poder importan,

sea lo que sea para lo que sirvan.

Siempre que das limosna, a alguien le molesta.

Nadie quiere pensar en la impalpable línea

que separa el bienestar de la indigencia

en este mundo que hemos creado.

Y tú sabes bien que es impalpable

y que puede aparecer de súbito.

Últimamente no quieres que nadie tenga hijos.

Te angustia sobremanera

la vida que les espera a los niños.

Sobre todo, a tus nietos,

si algo o alguien no consigue

que cambie este horror.

Pero no está en tu mano,

 Es mejor y más útil para todos

que sólo te centres en lo afortunada que eres,

a pesar de los pesares.